Páginas

viernes, 15 de octubre de 2010

Dia 21


Zeerust – Johannesburgo

Ultimo día, últimos sobresaltos.

Si la cena de la noche anterior nos supo a gloria, los 2 huevos fritos con bacon y el zumo de naranja natural que tomamos para desayunar no tiene palabras….

En compañía de los cuatro mini-perros con los que la dueña de este remoto paraíso comparte su vida, y que daban vueltas alrededor de la mesa esperando que se cayera algo al suelo, terminamos nuestro almuerzo matutino.

Tras cargar los Terios por última vez, hemos tenido que volver a negociar una vez más… En este lugar no se puede pagar con tarjeta de crédito y nosotros no tenemos Rands….así que la pobre mujer muy amablemente nos ha dado el precio en dólares americanos tras buscar el cambio en Internet.

En el momento de marcharnos, nos ha indicado como llegar hasta Johannesburgo pasando cerca de Pretoria y nos ha invitado a hacerle una visita si en algún momento volvemos a Sudáfrica. Por mi parte no tendrá problemas, tengo muy claro que lo haré, porque este lugar es uno de los mejores sitios en los que he estado nunca.

De camino y a los pocos minutos de tomar camino hacia la capital Sudafricana, paramos a volver a llenar los depósitos de los Terios por penúltima vez. En una gasolinera muy pequeña y con un dependiente un poco testarudo, donde tras llenarnos el primer coche nos repite la misma cantinela de que la tarjeta no pasa por el terminal y que le paguemos en efectivo.

Al final y tras más de diez minutos, conseguimos pagar con la tarjeta. No dudamos de la honestidad de la gente, pero ante el interés que tienen algunos en cobrar en efectivo, y la poca organización a la hora de anotar ingresos, (se lo escriben todo en la mano con un bolígrafo) estamos convencidos de que más de uno se gana un sueldo extra a fin de mes.


Un grupo de jóvenes llevan unos pequeños carros hechos de trozos de metal, aunque parece que es por simplemente juego, estamos seguros de que tienen otra utilidad mucho más elaborada...



Entramos en la autopista, si es que se le puede llamar así, que nos llevará directamente al aeropuerto donde debemos entregar estos 4x4 de juguete. Es una autopista porque tiene peajes, si le descontamos eso, en España no pasaría de una carretera secundaria, donde para darle todavía más emoción, los vehículos adelantan por donde mejor les conviene, utilizando el arcén, la zona exterior del mismo o el carril contrario.

Cuando llegamos a nuestro primer peaje, la chica que cobra nos sorprende con una cara de muy mal humor y nos informa que no aceptan tarjetas de crédito europeas. Sólo se pude pagar el peaje con Rands, tarjetas Sudafricanas o Pulas de Botswana !!!. Le ofrecimos dólares americanos pero le parecieron poco interesantes, y prácticamente antes de que nos diera tiempo a reaccionar, otra empleada con un chaleco reflectante, nos estaba abriendo una barrera para volver por donde habíamos entrado… Nos estaban echando!!!

Es increíble que en pleno año del Mundial, y con todo lo que presumen de que Visa es su principal patrocinador oficial, sólo acepten tarjetas de crédito sudafricanas en los peajes de la única carretera asfaltada que une la ciudad de Pretoria con el norte del país y JHB….

Esto no deja de ser otro punto a favor de países como Botswana. Nos pareció algo muy triste y que dice bien poco del estado de avance y modernidad del país, por mucho que lo quieran publicitar en el extranjero.

Ante el problema que nos surgió de repente, tuvimos que tomar cartas en el asunto y reunir un comité de emergencia para encontrar una solución: O volvíamos hacia atrás buscando un cajero en algún sitio, o tomábamos la carretera opcional a la autopista; un camino sin asfaltar donde la distancia hasta JHB aumentaba en 400 kilómetros y el tiempo en seis horas. Como con esta última opción casi no teníamos tiempo ni de llegar al aeropuerto y entregar los Terios, retrocedimos buscando un cajero…

Volvimos a la pseudo-autopista, esta vez ya con Rands, y pagamos el peaje. Circulamos en dirección a JHB atravesando pequeños núcleos rurales, pueblos y alguna ciudad algo grande. De camino a Pretoria pudimos ver a lo lejos el estadio del mundial situado en Rustenburgo.

Es normal que digan que Pretoria y JHB están cerca, aunque les separen oficialmente unos veinte kilómetros, la autopista llega a marcar ambas ciudades a la vez, y nuestro punto de destino final, que es el aeropuerto, está justo en el medio de ambas.

Como nuestro plan inicial era llegar más tarde, tenemos tiempo para ir hasta el centro comercial donde compramos el primer día el hornillo (más bien la caja vacía) e intentar devolverlo junto con las botellas de gas. Tras callejear un poco y conocer de primera mano como son los atascos de tráfico de esta gran ciudad, logramos aparcar en el centro comercial.

Una de las muchas tiendas del centro de Johannesburgo donde venden licores. En su interior varias rejas separan y mantienen seguro al dependiente frente a la gente que va a comprar...


En la tienda, un chico no quería devolvernos el dinero porque nos decía que no tenía forma de comprobar que la caja estuviera vacía cuando la compramos…Si lo llegamos a saber, le regalamos la cazuela completamente negra por el fuego de la leña. Pero la encargada del local, le dio orden de devolvernos el dinero, porque no somos los primeros a los que le pasa.

Así que tras recuperar casi cuarenta euros para nuestra maltrecha cuenta bancaria (sobre todo por los pagos de gasolina), nos sentamos a comer algo en la parte superior del centro, donde están todos los restaurantes de comida rápida, iguales a los de cualquier país europeo.

Prácticamente la totalidad del grupo (soy el único al que le da igual) quieren visitar el estadio donde España ganó el Mundial de fútbol; yo pongo la nota discordante porque considero que perder una hora y jugarnos un atasco que pueda poner en peligro todo lo que nos queda por hacer (incluso nuestro vuelo), sobre todo cuando ni tan siquiera podremos entrar a verlo, me parece ridículo. Pero como somos seis y aquí todo va por mayoría, vamos en la búsqueda del estadio atravesando una parte del barrio de Soweto y todo el centro de la ciudad. Durante muchos minutos teniendo que parar cada dos semáforos, porque así se lo tienen montado (uno en verde, dos en rojo…)

Los carteles que adornan los edificios y muros publicitando el Mundial están presentes en todas las calles.


Durante nuestro camino, notábamos una afluencia de coches un poco fuera de lo común, sobre todo cuanto más nos acercábamos al estadio. Nuestros peores presagios se hicieron realidad al girar en la última curva hacia la calle del Soccer City… pues iba a jugar allí la selección Sudafricana de Rugby, Los Springboks !!!. Seguro que si hubiéramos querido hacer coincidir el viaje con un partido no hubiéramos sido capaces….

Tras parar los Terios en medio de la carretera, por donde circulaba una enorme caravana de varios kilómetros, y desde un lugar donde se podía ver todo el estadio, pero muy lejos, les saqué una foto a los cinco y nos volvimos hacia el aeropuerto.

Imagen del estadio donde España logró el ya histórico Mundial. Esto lo más cerca que pudimos estar...



Las noticias se confirmaron un poco después: El partido de rugby enfrentaba a los Sprinboks con los All Blacks de Nueva Zelanda….quizás uno de los mejores (sino el mejor) partidos de rugby que se pueden ver en el mundo, y nosotros a tan sólo 600 metros del estadio…

Llegamos al aeropuerto para devolver los Terios. Por un lado me daba bastante vergüenza entregarlos en el estado en que se encontraban tras pasar tres semanas por pistas de grava, y sin que les cayera ni una sola gota de agua para lavarlos, lo que hacía que de su color gris original, hayan pasado a una mezcla entre blanco y marrón.

Parte de guerra de los coches: Un cristal rajado, un piloto trasero y dos faros antiniebla rotos. Además de eso, uno de ellos estaba todo salpicado por la sangre del pájaro atropellado y tenía una bombilla fundida. Todo eso sin contar con el ligero desplazamiento del eje trasero que llevaba el que se salió en el paso a nivel. Porque tras el golpe, la rueda se movía bastante y de una manera algo desacompasada.

Pero si pienso en el engaño de que no eran 4x4 sino vehículos a tracción delantera normal, les está bien empleado y menos mal que se los devolvimos enteros.

Intentamos poner una reclamación en la oficina de Europcar, pero curiosamente tenían un problema de línea y el sistema no les funcionaba (suele pasar cuando alguien quiere reclamar). Así que nos ofrecieron una dirección de e-mail para que enviáramos nuestra protesta, lo que viene siendo predicar en el desierto….

Una vez ya dentro de aeropuerto, y como mi bolso de viaje comprado en el bazar chino dos días antes, ya tenía la única cremallera rota, tuve que pagar cincuenta Rands (cinco euros) para que me lo plastificaran; con tan mala suerte, que nuestra compañía aérea se lo ofrece gratis a todos sus clientes...con lo cual me gasté ese dinero en balde.

El “sistema” volvió a fallar a la hora de conexionar nuestros vuelos entre JHB-Londres y Madrid. Por mucho que le insistimos a la inepta del mostrador de que se tenía que poder hacer (como después se demostró) la mujer decía que era imposible y que teníamos que volver a facturar en Londres.

Todo se descubrió diez minutos más tarde, cuando intentábamos saber a quién le reclamaríamos si el vuelo a Londres llegaba tarde y nosotros perdíamos la conexión con Madrid. En ese momento, nuestra inepta amiga del mostrador sacó una pegatina para ponerle a la jirafa que Fran y Ana llevaban como equipaje de mano, y que ponía la pegatina?? Pues lo que nosotros decíamos: Johannesburgo - Londres - Madrid. Vamos que la jirafa iba directamente a Barajas pero nosotros no...

A todos nos entró la risa, incluso a algunas de las otras mujeres que trabajaban en los mostradores de facturación cercanos; a todas menos a nuestra amiga, que ya no tenía como salir de ese lío. Y aunque le volvimos a insistir con nuestras maletas, ella seguía en sus trece y le quitó la pegatina a la jirafa para cambiarla por otra sólo hasta Londres.

Subimos al avión, nos sentamos y mientras despegábamos y no llegaba la cena, escogí una película entre las más de 25 que Virgen ofrece a sus pasajeros; me gusta esta compañía….

No hay comentarios:

Publicar un comentario